miércoles, 1 de julio de 2015

LA DISCRIMINACIÓN



Por Victoria Mamani

La principal causa de la discriminación y racismo son los resabios de la colonización en nuestro país. En Bolivia, con la llegada de los españoles y la religión católica, se cometieron incontables injusticias contra los indígenas. La explotación en las minas, textiles, la desculturización, el rechazo a su religión; los y las indígenas eran  quemadas señaladas como herejes sin almas.

Las y los indígenas en aérea rural, como también en las ciudades, siguen soportando condiciones de discriminación, viviendo en situación de pobreza, olvidados por el Estado, pero esta situación, para muchos investigadores extranjeros, Ongs ha sido y es todavía un banco de ganancia. Porque digo esto, muchos y muchas a nombre de la gente humilde, lucran mostrando superficialmente fotos de niños y niñas sucias, comiendo lagua o papa y chuño en un plato de barro, mujeres y hombres vestidos con abarcas rotas, mujeres despeinadas, analfabetas, sentadas cerca al fogón cocinando con bostas de animales; muestran todo esto como reflejo de la pobreza.

La gente aprovechada, pinta  todo lo malo del ser boliviano o boliviana pobre y así captan más dinero del extranjero, pero no le preguntan a los entrevistados en sus investigaciones el por qué viven así, si lo harían seria otra la historia, por eso digo que la gente humilde, de tés morena, indígena, hemos sido pues insumos para muchos. Gracias a esto, profesionales extranjeros, así sean egresados o con experiencia, tienen trabajo en Bolivia.

Hablo del tema porque hace una semana la compañera María Galindo hizo una barricada en radio Deseo, a la periodista española Isabel Gracia, que trabaja para la Agencia de Noticias Fides, quien realizó una investigación sobre las compañeras que están en la cárcel de mujeres, precisamente en su barricada, María cuestionó una investigación no tan profunda.

A raíz de esta entrevista la periodista invitada denuncia a María por discriminación, por haberle dicho blanca, rubia, alta y española, cosa que por lo que veo, no tiene ninguna carga discriminatoria, sino una posición coherente de María, que es decir la verdad.

En Bolivia la gente extranjera nunca es discriminada, más al contrario, es sobrevalorada, mucho más que los profesionales bolivianos. Empezando por nuestras autoridades, desde el guardia de seguridad -que por lo general es de origen indígena – cuando se trata de ser entrevistados o visitadAs por las y los periodistas extranjeros, por poco y no se bajan los pantalones, incluso facilitan todo lo requerido para su trabajo, pueden ingresar a espacios sin cumplir con la burocracia que hay para los y las periodistas nacionales; y sin dudar de su profesión, así como entró la periodista a la cárcel de las mujeres a hacer su investigación.

Pero si eres morena, chota o chola, comunicadora de origen indígena, los guardias preguntan una y otra vez ¿quieres entrar? ¿Para qué quieres entrar? ¿Eres periodista? ¿De qué radio eres? ¿Tienes permiso para ingresar? si no tienes no puedes entrar. Yo a eso si llamo discriminación.

Las autoridades nos miran de pies a cabeza para darnos una entrevista, peor si eres de un medio que cuestiona la hipocresía, el machismo y la homofobia, nosotras como comunicadoras, vivimos a diario la discriminación, pero no nos quejamos porque estoy segura de que nunca nos van a escuchar.

Por un lado, la mayoría de gente boliviana que se va al extranjero, por más que fuera licenciado, abogada o tenga otra profesión, van a lavar platos, limpiar calles o a cuidar las wawas para los gringos.  En cambio aquí los extranjeros ganan más que un boliviano que es de la misma profesión, el blanco o la blanca,  vale más que un moreno o morena en nuestro contexto.

Esta idea nos la han metido, pues los restos de colonización desde hace 500 años continúan en nosotros y nosotras, en la actualidad no podemos sacarnos esa mentalidad de que las bolivianas y bolivianos somos feos, feas, bajos, que no servimos, que los blancos saben mejor que nosotras y nosotros, al blanco hay que saludar besándoles las manos, eso es pues la colonización.

Pienso que como periodistas o comunicadoras, deben saber que terreno pisan, seguir sumisas y decir que una extranjera hace mejor su trabajo que un boliviano o boliviana, valorando  una ficción escrita, nacida desde una perspectiva y condición social distinta a nosotros, debe terminar.

Describir a la blanca, rubia, alta, flaca, no es discriminación, la discriminación es cuando a un boliviano o boliviana profesional, le hagan restregar el piso, que no le consideren profesional en el extranjero, eso  sí es discriminación.

Como sabemos, la radio Deseo se caracteriza por decir las cosas de frente, cuestionar estas diferencias,  por ello nuestro apoyo a la compañera María Galindo, por ser valiente y cuestionadora.

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