miércoles, 4 de marzo de 2015

LAS ENTRADAS FOLKLÓRICAS


Por Victoria Mamani

En estos últimos años las fiestas zonales han crecido junto con la urbanización  en la ciudad de El Alto, muchas con el pretexto de revalorizar  la cultura. Fiesta es la que no falta todos los fines de semana en esta urbe paceña y con ella el alcohol, lindo seria que los bailarines se diviertan sanamente, sin emborracharse, pero parece ser imposible.

La basura después de la fiesta es increíble, las calles convertidas en mingitorios molestan a la gente. Las comparsas contratan locales pero no se quedan ahí dentro, sino que ocupan las calles y avenidas, perjudicando el libre tránsito de la población.

Hay gente que quiere descansar los fines de semana o salir de paseo con la familia fuera de la ciudad, pero no se puede, porque cuando a las comparsas les da la gana, arman sus escenarios grandes. Ejemplos son las avenidas Juan Pablo II y La Paz, no hay autoridad que frene los excesos de los bailarines.

Peor todavía cuando las personas se ponen a bailar en las carreteras principales que nos conectan con las provincias, hacia zonas turísticas como  Copacabana. Pese a que es prohibido desde la gobernación que bailarines ocupen las carreteras, después del accidente que ocurrió hace dos años camino a desaguadero, cuando un vehículo particular  chocó con un camión cisterna y se produjo un gran incendio que quitó la vida a varias personas, un grupo de bailarines obstruía el paso normal de vehículos.

Pero a la gente no le importa, digo esto porque  vivimos esa mala experiencia  en los feriados del carnaval, cuando estuvimos de vuelta de Tiquina, provincia Manco Kapac, empezando desde la zona de Laguna Verde hasta San Roque, habían pequeños  grupos de bailarines en plena carretera, sin importar el tráfico que provocaban.

Los vehículos tocaban bocina para poder pasar, yo también pedí a las y los prestes que nos cedieran el paso, luego me arrepentí. Los bailarines nos han insultado, nos dijeron que estábamos en su zona, que nosotras no teníamos ningún derecho de reclamar porque podían bailar donde les dé la gana. Después, ocuparon toda la carretera, tuvimos que buscar otra salida.

Las  autoridades deberían sancionar económicamente a quienes ocupan las carreteras con este tipo de actividades, la unidad de tránsito debería controlar esto para tener las vías completamente transitables.
Por otro lado, en la urbe, la basura que dejan en las calles, la ocupa de las pocas plazas que hay en la ciudad alteña y con todo, el consumo de bebidas alcohólicas y el uso de la vía pública como mingitorio, desagrada totalmente a vecinos y vecinas que tienen que soportar el olor, el ruido y los escándalos de gente en estado de ebriedad.

Las empresas cerveceras como proveedoras deberían preocuparse de armar mingitorios móviles para uso de los bailarines, no solamente se tratar de lucrar con la bebida, sino también de cuidar el bienestar de todos y todas y sobre todo el medio ambiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario